martes, 6 de mayo de 2014

Radio deriva: Encuéntrese.

Por: Camila Arbeláez.

Mi experiencia personal al realizar la radio deriva me deja con varias sensaciones, la primera de ellas es que me sentí tranquila conmigo misma  y la segunda con el entorno que me rodea, descubrí  que en este momento de mi vida estoy feliz y plena con lo que he logrado. Me llamó mucho la atención la parte de mirar al cielo y dar vueltas porque sentí que solo yo importaba y dejé a un lado a quienes pudieran estar observando o criticando, el abrazar el árbol que simboliza la gente del pasado, también fue uno de los momentos en este recorrido que logró captar mi atención ya que por medio de esto pude dejar de lado  las cosas que me estorbaban o que simplemente tenía que dejar ir. Al terminar pude reflexionar sobre todo lo que realicé sacando como conclusión que me quité un gran peso de encima.


Por aquí dejo mi dibujo y algunos momentos que capturé.











Encuéntrese...

por: Dámaris Ortiz 

Una experiencia que debe ser vivida dos veces. Oh bueno! ese fue mi caso en particular, la primera vez que aplique a la  realidad  este producto sonoro denominado como radio deriva, lo hice en un lugar muy conocido en la ciudad de Pereira, habló de la Villa o la zona de manejo de principiantes ubicada entre el Estadio Hernan Ramírez  y el Velódromo de Pereira, sitio que cuenta a diario con la visita de nuevos exploradores en la práctica de manejo de vehículos como motos y carros particulares.

Inicialmente, opté por comenzar esta nueva aventura  a un lado de las canchas  de baloncesto que cuenta con algunas zonas verdes, en el lugar se podía apreciar  a un par de personas las cuales  se encontraban aprendiendo a conducir. Caminé, pensé y reflexione un poco e hice todo lo que se me pidió hasta el punto que debía caminar descalza y me fui sintiendo incomoda, fuera de mi estado de confort por lo  cual decidí abandonar el ejercicio en este punto.

Al llegar a mi casa quise empezar a escribir que podía describir de mi experiencia, luego llegaron a mi mente algunas cosas increíbles que podría redactar, pero, bueno siempre hay un pero y éste estaba relacionado directamente con mi honestidad, con la consciencia ese lugar donde te cuestionas qué es o no es correcto, por lo cual dejé de un lado esos pensamientos, cambie mi ropa por una muy cómoda, luego empaque algunos colores, marcadores  y las hojas de papel. Dirigí mi cuerpo, pensamiento y bolso al único parque que  hay por mi casa y que suelo ver a través de la ventana de la cocina. Cuando llegué procedí a colocarme los audífonos y a escuchar a través del celular nuevamente la radio deriva,  cuando comencé a observar el lugar me di cuenta que solo se encontraban niños  entre los siete y doce años, jugando con unos carros de color:  rojo, azul y amarillo. Luego caminé, reflexione,  me conecte con el lugar y la verdad me sentí muy bien allí, luego recordé mi última experiencia en un parque lo que había sido hace  menos de dos horas, al tratar de pensar en la infancia solo recordé estar sentada en unas escaleras comiendo lo que por aquella época me gustaba más y lo cual reservo. Quien captó mi atención fue el niño más pequeño, vestía una bermuda  azul y una camisa verde con el estampado del dibujo Ben diez, fue muy fácil acercarme a ellos, los salude, el pequeño fue el único que no respondió a mi saludo, los otros dos niños me preguntaron sobre que estaba escuchando y les dije que era un experimento ¿Y qué es un experimento?, preguntó uno de ellos, les dije que era una aventura nueva de la cual se sacaba siempre una enseñanza. Les pregunte a todos si eran felices,  casi todos de inmediato dijeron que sí, al pequeño le pregunte porqué era feliz, él contestó que era feliz porque podía ir al parque y jugar con los amiguitos, además de tener una mamá que lo quería mucho. Al alejarme de allí ellos siguieron jugando, me ubiqué en la sombra y continué  con el ejercicio, traje a memoria quién soy y hasta dónde quiero  llegar, me regalé ese tiempo para reflexionar, al comenzar a dar vueltas sentía un poco de pena, pero al concentrarme  seguí. Abracé una palmera que se encontraba cerca y traje nuevamente a memoria el recuerdo de mi infancia. Caminé los cincuenta pasos, que me dejaron casi a la salida del parque, después me ubiqué nuevamente en la sombra desde donde partí este recorrido y procedí a sacar del bolso los colores y la hoja. Luego llegue a mi casa con el dibujo que realicé en el cual plasmo con colores los lugares donde realice los ejercicios y estuve conectada con el entorno. Llegue a mi casa, tomé una siesta que duró cuatro horas y procedí a relatar esta enriquecedora experiencia, aunque al inicio pensé que era una tontería, me dí cuenta que al hacerlo pude salirme de esa cotidianidad en la que nos sumergimos a diario. 

A continuación pueden apreciar mi "obra de arte".

Parque.


Zona donde se encontraban los niños.

Lugar donde dibujé y reflexione.

Sitio para girar y mirar al cielo.

Terminar los 50 pasos.

A quienes pueda interesar les dejo el link de la radio deriva: http://expresiondigital.ucp.edu.co/?p=9349